Conectando hemisferios
Desde Crescendo hacemos siempre mucho hincapié en la importancia que tiene escuchar buena música e instrumentos de música reales.
Todos sabemos que la música que nos gusta nos produce placer (al liberar dopamina, hormona de la felicidad), nos relaja, nos emociona, incluso influye de manera positiva en los animales o en el crecimiento de las plantas, pero… ¿por qué? ¿Qué hace que la música tenga esos “poderes”? ¿Es cuestión de frecuencias? ¿De fe?
Con un buen estímulo musical vamos a conseguir desarrollar la capacidad intelectual, psicomotora, auditiva, expresiva y sensorial de los niñ@s, que, al igual que una semilla, traen consigo de manera concentrada, sólo es cuestión de hacer florecer esas capacidades.
La magia se produce cuando al escuchar música o tocar un instrumento, se pone en marcha nuestro cerebro, pero de una manera muy especial: establece conexiones neuronales entre los dos hemisferios cerebrales, ya que, en su práctica, involucra a ambas partes. Genial!
Para hacernos una idea, cada hemisferio tiene funciones muy diferentes:
Al trabajar con la música, el cerebro se ve «obligado» a conectar áreas de ambos hemisferios, lo que provoca cambios en la plasticidad neuronal, cambios, además, a largo plazo. Quedan afectadas así, áreas como el lenguaje, la lógica-matemática, la memoria, la creatividad y la imaginación.
¿Por qué no beneficiarse de todo lo que nos aporta la música? Os dejamos un vídeo muy interesante.
En Crescendo tenemos muy claro que éste es nuestro objetivo, al menos el tiempo que los niñ@s estén con nosotros, que la música sea una herramienta de desarrollo para ellos, que tenga consecuencias en su infancia y vida adulta y, sobre todo, que se lleven una experiencia musical enriquecedora y emocionante.
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